Día
1:
El viaje ha durado mas de lo que esperaba. Papá estuvo manejando
toda la noche; solo nos detuvimos en una estación de servicio para
comprar algunos víveres y unos atados de cigarrillos.La ruta hacia
Lago Escondido es muy sinuosa y para rematar, estuvo lloviznando todo
el tiempo. Yo no quise dormir ; me quedé mirando el paisaje oscuro.
Había muchas plantaciones -o lo que supuse plantaciones- y
casas que se divisaban a lo lejos, como unas lucecitas amarillentas
apenas visibles. Sin duda me gusta la lluvia y disfruté el sonido de
las gotas cayendo sobre el techo. Cuando llegamos a la ciudad, había
un gran arco que nos recibió; era la entrada, pero en la densa
oscuridad de la noche,parecía una enorme boca de pez. Me sentí como
el desdichado Pinocho por un momento. No tardamos mucho en llegar a
la casa que nos tocó; una especie de cabaña ubicada en una zona
elevada,algo retirada de la ciudad. Los bosques circundantes no me
daban muy buena espina. Apenas bajé del auto,un relámpago brilló,
revelando esas formas altas, siluetas esqueléticas, que parecían
extender sus brazos hacia mí. No pude dormir casi nada. Tuve un
sueño extraño. No recuerdo;quizás fue una pesadilla. Me levanté a
escribir esto último antes de olvidármelo. Espero que mañana la
cosa mejore a la luz del día.
Buenas
noches,diario.
Día
2:
Me levanté bastante tarde, no me dí cuenta hasta que revisé mi
celular. Papá ya se había ido a la oficina central para ponerse al
tanto de todos los detalles antes de comenzar a trabajar. Por fortuna
la casa está completamente amoblada. La heladera estaba repleta y la
alacena también. Desde que el matrimonio de mis padres comenzó a
tambalear,pasé muchas horas solo en la casa, así es que descubrí
que me gustaba mucho la cocina como pasatiempo. "Vamos a ver que
hay para el menú de hoy". Preparé café con tostadas y dejé
listas la carne y las verduras para el almuerzo, me salió un
salteado de lo mas delicioso. No tenía mucho para hacer y decidí
recorrer la casa. Por dentro no había mucho que ver. Tiene tres
habitaciones en planta baja y una especie de estudio subiendo las
escaleras; una sala de estar con un gran sofá y una cocina estrecha
que da al fondo, con una pequeña ventana a través de la cual se ve
el bosque. Me recordó a esas películas de terror donde el brazo del
asesino se cuela por la ventana de la cocina y sujeta a la víctima
de turno. El patio es la mejor parte; basta con decir que es casi
todo patio. Me costó distinguir donde termina el terreno y donde
comienza el bosque. Lo primero que llamó mi atención fue el viejo
galpón que está a unos veinte metros de la casa, junto a un
árbol seco, casi petrificado. Me colé por una ventana, pues
la entrada está asegurada con candado y cadenas, y asumí que las
llaves las tenía papá seguramente. Dentro se podía oler el fétido
aire, como de aceites y animal en descomposición. Por supuesto que
iba a apestar de ese modo; no tardé en ver los grandes frascos
apilados y en hilera sobre unas rústicas repisas. No se distinguían
demasiado bien,pero adivinar era una cosa de niños: partes de algún
animal o de varios; ojos, pezuñas, garras,orejas y órganos que no
identifiqué. Pero eso no superaba a la magnífica colección de
herramientas afiladas,punzantes y cortantes que colgaban de la pared
del fondo. Asociando esos elementos: partes de animales muertos y
armas blancas, cualquiera habría podido suponer que nos había
tocado habitar la casa de algún psicópata amante del gore.
Obviamente el mundo es mas aburrido que las películas pochocleras.
Seguramente el antiguo ocupante de la casa mitigaba la monotonía de
su rutina cazando animales silvestres; podría haberse tratado
incluso de alguien que tuviera por hooby la taxidermia. No
habiendo encontrado nada mas que retuviera mi atención ,escalé
sobre la mesa de madera para alcanzar la ventana. Fue entonces cuando
una sombra indefinible apareció de la nada, cayendo justo detrás de
mí, con un aullido de ultratumba que me golpeó el corazón.
Espantado como nunca antes, mi cuerpo se movió solo,saltando por el
hueco sin medir las consecuencias. Caí sobre la enorme rueda de
tractor que había usado para entrar, con tal fuerza que se me
vaciaron los pulmones. Los segundos que perdí la respiración me
parecieron eternos; escuché entonces,muy claramente el sonido de
algo que trepaba la mesa,pesadamente. Y yo no podía moverme.
¡Tan solo contemplar el rectángulo de la ventana esperando que
aquella sombra se asomara y me mirara directo a los ojos!
Quise
recuperarme, pero el golpe había sido demasiado duro; sentía la
ausencia de aire aún. Estaba regalado,a merced de la criatura
a punto de salir del galpón. Aunque miré en todas direcciones, no
encontré salida.¡Era obvio que no iba a encontrar a nadie que me
socorriera en ese alejado lugar de pinos y robles! ¡Qué idiota! De
golpe agucé el oído. Había algo que podía percibir claramente
.¡Se oía! La respiración como un fuelle viejo, silbando tras la
pared de madera, acercándose. En un inútil intento de conservación
arrojé una rama quebrada que estaba junto a mí, por el hueco oscuro
y escuché un leve quejido. Por fin una pálida mano,engarfiada al
marco,luego una cabellera oscura colgando,y un torso, emergiendo
espasmódicamente. Ahogué un grito, o en todo caso me fue imposible
gritar, todavía no recuperaba el aire. La forma se deslizó casi
como por simple inercia,como un cuerpo muerto al que se deja caer;
tras sus cabellos revueltos, suspendidos en desorden sobre un rostro
fantasmal, me miraron; esos profundos e irreales ojos azules.
Me
quedé sin aliento cuando aquella criatura se incorporó lentamente
frente a mí. ¡Diablos!¡Como esos espectros de los films de terror
japoneses! Solo cuando me dió un leve puntapié en un hombro y se
quejó con voz meliflua, me devolvió el alma al cuerpo .
"Idiota.
Me diste justo en la cara con esa rama. Me dolió"
Esa
"sombra" espectral que apareció de la nada,en realidad se
llama Isabella y sí, es una chica. No salió de la nada, estaba en
el altillo del viejo galpón/depósito y se asustó cuando vio que
alguien mas estaba dentro, por eso trastabilló y cayó a mis
espaldas. Suele meterse por la ventana para guardar su colección de
piezas de animales muertos en accidentes de carretera o atacados por
depredadores. El galpón está cerrado desde hace años y mi papá
tampoco tiene la llave,como había supuesto en un principio. Esta
extraña chica vive en las inmediaciones. No es un lugar tan aislado
como pensaba, tan solo es que las espesas arboledas ocultan las demás
propiedades. Todo esto me lo contó después, mientras tomábamos un
chocolate caliente en el porche de la casa. Aunque me impresionó de
manera negativa la primera vez, luego fui cambiando de opinión. Es
una chica ciertamente linda,pero algo inusual. Vestía casi como un
muchacho,con esa camisa de franela a cuadros y los jeans desgastados.
Su tez es tan blanca que se pueden ver la venas azuladas tras la
piel. Tiene una bonita voz,suave y tranquila. Charlamos un rato sobre
los viejos habitantes de la casa. Se habían marchado hace rato,me
dijo,al parecer porque no toleraban el clima. Le conté sobre el
colegio al que iba a asistir y eso parece que la sobresaltó un poco.
No sabría decir por qué.
"¿El
colegio San Bartolomeo?" -me preguntó con sus azules ojos muy
abiertos.
Le
resumí la historia del divorcio de mis padres y el asunto de la
matriculación en ese colegio por medio de un amigo de papá.
"Supongo
que no todos conocen la historia,entonces"
Lo
dijo en un tono siniestro, como si hablara consigo misma.
"¿De
qué historia hablas?" le pregunté
Se
quedó mirándome un buen rato y secándose el chocolate de los
labios con la manga de su camisa,me respondió:
"La
historia acerca de la Noche de las cortinas rojas"
Esas
palabras me produjeron un repentino picor en todo el cuerpo. Esa
reacción que tenía de chico cuando no podía dormir,creyendo que
algo me miraba desde el fondo del ropero.
Quise
sacarle mas información, pero recordó que tenía algo que hacer y
se le había pasado la hora. Me agradeció el chocolate y se fue
corriendo hacia el fondo, desapareciendo tras los árboles.
Primer
día y ya tuve un encuentro muy curioso. Espero poder dormir bien
esta noche,sin tener pesadillas sobre esa "noche de las cortinas
rojas" o lo que sea.
No
pasó nada mas interesante,aparte de eso. Papá llegó bastante
tarde. Lo escuché desde mi cuarto. Creo que hablaba con alguien o
fue solo mi imaginación.
Tengo
mucho sueño. Fue un día raro. Mejor duermo; solo tengo un día mas
de descanso antes de empezar el colegio.
Buenas
noches,diario.
Día 3:
Dormí como un tronco, como si recién hiciera efecto el cansancio del viaje. No tenía ánimos para levantarme; odio los domingos. Yo lo llamo "el día muerto". Me parece el día mas funesto de la semana, insufrible. Una transición entre este mundo y la tierra de los muertos; un río Estigia que solo me recuerda a borrachos tropezando en la calle, música espantosa a todo volumen y angustiosa espera. Tuve que reunir todas mis fuerzas para abandonar la comodidad de la cama caliente. Cuando me levanté escuché voces en la sala; era papá con una persona desconocida. No me gusta entrometerme en sus asuntos, ni lidiar con los adultos, por lo que evité hacer contacto visual,escabulléndome hasta la cocina sigilosamente. Hice un café bien cargado y me dirigí de nuevo hacia el cuarto, pero tuve mala suerte y papá me vio deambulando por el pasillo. Me llamó para hacer las presentaciones pertinentes. ¡Qué horrible día!
El sujeto que estaba charlando con mi padre es un viejo amigo de su juventud,según pude deducir de sus comentarios, se llama Horacio y vive en Lago Escondido desde hace mas de diez años. Fue quién ayudo a tramitar mi traspaso de colegio. Es bastante amable,de buenas maneras, quizás demasiado amable para mi gusto. Parece del tipo de persona que no dice todo lo que quiere decir, que se esfuerza todo el tiempo para resultar agradable. Me inspira esa misma desconfianza que los pastores de la televisión. Pero tal vez son ideas mías y nada más.
En un momento quedamos solos cuando papá subió a buscar una caja de papeles para mostrárselas a su amigo. Aproveché el breve intervalo para despejar una duda que traigo desde ayer.
"¿Puedo preguntar algo?"
"Claro.Decime"
"¿Qué es eso de La noche de las cortinas rojas?"
Me pareció ver un brillo dubitativo en su mirada; incluso se demoró en darme una respuesta como si su mente hubiera quedado tildada por un instante. Pero se repuso en seguida y comenzó a reír.
"¿Dónde escuchaste sobre eso"?
No se por qué,pero me pareció necesario proteger la identidad de mi informante.
"De por ahí, un blog de internet."- mentí
Me dijo que era solo una leyenda urbana para atraer turistas o algo así. La ciudad no tiene demasiados atractivos ni una historia muy rica que contar,por eso los habitantes se ocupan a veces de inventarse historias para darle algo de color a su aburrida vida, sobre todo los jóvenes, que tienen el don de aburrirse con demasiada facilidad. Me pareció una respuesta con pocos argumentos, pero debe ser verdad. Isabella tiene todo el aspecto de una joven que se aburre en una ciudad sin gracia. No sería raro que se haya inventado eso de las "cortinas rojas" o lo haya repetido de haberlo oído por ahí.
Por la tarde salieron rumbo al centro en la Ranger de Horacio y yo me quedé solo. Aproveché para ordenar mis cosas; encontré mi pequeño telescopio entre la pila de cajas y lo acomodé en la ventana. El cielo en Lago Escondido se ve tan diferente al de la ciudad donde vivía; tiene un azul tan profundo y las estrellas se ven con tal nitidez, es como comparar una vieja tele con un plasma HD.
Mientras descansaba la vista,después de estar mirando algunas constelaciones un rato largo, noté algo moviéndose entre los árboles. Ya estaba oscureciendo,pero me pareció distinguir la negra cabellera de Isabella. No la vi hoy, pero tal vez volvió a meterse en el viejo galpón a dejar algunos de sus frascos de científico loco. La verdad es que tengo ganas de verla, no sé si es por ella,o en verdad tengo una curiosidad terrible por saber sobre esa historia -aparentemente una leyenda urbana-.
Aunque se trate de algo falso, siempre me intrigaron esas cosas. Mis interminables horas mirando X-Files o el canal ID,me han dejado un poco trastornado seguramente (^^). De todas maneras, sea ficción,fantasía o realidad, debe ser lo mas interesante que este lugar puede ofrecerme.
A eso de las 8 de la noche me dispuse a preparar algo para la cena y fue cuando escuché un golpe seco sobre el techo. "Frutos de pino" pensé. Pero a los pocos segundos el sonido se repitió, y después una vez mas y otra y otra, a intervalos regulares. Eso ya no podía ser algo de la naturaleza. No soy un idiota, no iba a salir afuera en medio de la oscuridad preguntando "¿Quién anda ahí? Eso solo lo hacen para que funcione un flojo guión de película. Me quedé en silencio en la cocina, pero sosteniendo un enorme cuchillo que tomé del cajón; no soy estúpido. El ruido cesó después de unos minutos. Pensé que se había calmado todo por fin; guardé el cuchillo y seguí con lo que estaba haciendo. Me puse a lavar la tabla de picar en la batea y de golpe... ¡Por todos los demonios!¡Santo cielo! ¡Casi muero por segunda vez de un infarto en dos días que llevo en este lugar! ¡Y justo en la ventana!¡La diminuta ventana por donde se cuela el brazo del asesino en las películas de terror! ¡Ahí mismo el súbito golpe que me tumbó de culo al piso! ¡Sí, soy un idiota después de todo!¡Pero por Dios santo!¡Qué susto! ¡Era un pájaro!¡Un maldito pájaro se estrelló en la ventana!
El cristal quedó manchado de sangre, algunas plumas pegadas en el espeso líquido rojo. ¿Qué tan desorientado puede estar un animal como para estrellarse de esa manera y a esa velocidad? Solo un animal muy estúpido...o acaso un animal muy asustado, como si huyera de algo.
Creo que estoy dándome demasiado rollo con esto. Estoy empezando a volverme paranoico por nada, y todo porque Isabella mencionó algo sobre una tonta leyenda urbana. Decidí no esperar a papá y cenar solo,como casi siempre. Me puse a ver algo de televisión. Qué curiosa coincidencia...dejé puesto un canal cualquiera y, mientras me disponía a roer el muslo de pollo frito, empezó un viejo film que conocía de memoria: "The Birds" de Alfred Hitchcock.
¿Una señal?
Este domingo fue un "día muerto", sin dudas.
No sé si decir buenas noches. Ya tengo miedo de que se repita otra pesadilla. Mañana por suerte cambia mi rutina. Por fin conoceré San Bartolomeo.
Buenas noches,diario.