lunes, 30 de mayo de 2016

Fantasma


" Supe, desde mis primeros lances en el terreno del amor, que muy pocas armas poseía para derribar los muros que me enclaustraban dentro mi propia mediocridad, lejos de las palabras y los gestos de aceptación. Descubrí que podía alcanzar cierto grado de empatía utilizando la lástima como herramienta de seducción.Sí,así como se oye de patético, pero lo cierto es que lograba -al menos- breves falacias teñidas de romance, pantomimas lastimeras que me proveían pequeñas dosis de afecto,las cuales me ayudaban a sobrellevar esta lúgubre existencia.
Vamos, que si el amor es un engaño compartido, no veía nada de malo en recurrir a un ardid tan lamentable para cargar mi copa vacía. Dicho así suena tan villanesco y reduce mi nivel de dignidad casi a cero, pero nada de eso me importa . Los besos cosechados con anécdotas humillantes; los abrazos de consuelo,hijos de unas lágrimas repentinas en medio de una borrachera...no me arrepiento de nada. Fueron mentiras que brillaron como soles cuando más solo me sentía. En momentos en que creía morir por dentro,esas manos tibias me acunaban,devolviéndome al mundo que siempre me ha despreciado.
Ese ha sido mi único modo de saltar por sobre mis propias posibilidades y sentirme amado, hasta que la conocí. Entendí que no bastaba persignarme ni descubrir mis heridas; no estaba satisfecho con las migajas esta vez,no. Deseaba ser amado como los demás,con sincero deseo,con ese impulso voraz y estúpido que a mí mismo me corroía. No bastaba la letra muerta, los mensajes en una pantalla antes de dormir, ni esos absurdos signos de aprobación a la distancia. No había cuerpo,ni calor, ni voz que me anesteciaran. Ya no más. Había un tic-tac rítmico marcando las horas, ajando las fechas del almanaque.
El joven Werther alguna vez sospechó que un último acto de cobardía podía llegar a conmover un corazón con las turbias aguas de la condescendencia, y pensé que quizás debía recorrer el mismo derrotero. No habría Goethe,ni pluma alguna para encontrarle un simbolismo a mi necio intento, no habría nada de eso,pero no hallaba mas respuesta que la de una despedida irreversible.
Sabe tan extraño cargar esa pieza de metal, ensamblando sus partes,cargando la recámara lentamente como en un juego infantil. Una sensación de montaña rusa suspendida sobre un gran abismo,sin segunda vuelta. Escuché por enésima vez su último mensaje de voz ; sonaba tan feliz, con esa felicidad que me dolía porque yo no era la razón de ella. Es curioso descubrir que sentimientos tan ennoblecidos, como el amor y la felicidad, cobran un significado sombrío cuando te desprecias a tí mismo. Creo que lo bueno de bajar en la estación final es que muchas cosas te son reveladas por fin, esas cosas que a nadie podrás contar porque no hay forma de retroceder, y si la hubiere, no valdría la pena decirlas. Hay palabras que solo cobran valor en el más absoluto silencio.
La noche me recordaba tanto a esa primera noche en que fingió quererme, fue un instante grato,amargo y lacerante al mismo tiempo. Me dije que los buenos recuerdos siempre me han dolido más que los malos, pues no hacían más que refregarme en el rostro los milagros que ya no volverían a repetirse. Y así fue. Tal como esa noche, un beso.
Su boca de carmín fue reemplazada por una bala certera y bastó solo eso para apagar el sufrimiento.
Puede que los milagros existan, ya que estoy escribiendo esta confesión inútil desde otra ciudad a la que jamás imaginé arribar. No era aquella la estación final,pero está bien; por alguna razón el dolor se ha esfumado,sin embargo las memorias me siguen a todas partes. ¿Era este el Cielo del que me hablaban? Tal vez. Solo puedo decir que cada noche,al dormir, sueño con la vida en el mundo terrenal y vuelvo a llorar,esperando esos brazos que me consuelen.
Resulta que los fantasmas tenemos pesadillas en las que soñamos con la felicidad."




jueves, 26 de mayo de 2016

El Colegio de las Cortinas rojas: Parte 1 "Arribo a Lago escondido"




Día 1: 
El viaje ha durado mas de lo que esperaba. Papá estuvo manejando toda la noche; solo nos detuvimos en una estación de servicio para comprar algunos víveres y unos atados de cigarrillos.La ruta hacia Lago Escondido es muy sinuosa y para rematar, estuvo lloviznando todo el tiempo. Yo no quise dormir ; me quedé mirando el paisaje oscuro.  Había muchas plantaciones -o lo que supuse plantaciones-  y casas que se divisaban a lo lejos, como unas lucecitas amarillentas apenas visibles. Sin duda me gusta la lluvia y disfruté el sonido de las gotas cayendo sobre el techo. Cuando llegamos a la ciudad, había un gran arco que nos recibió; era la entrada, pero en la densa oscuridad de la noche,parecía una enorme boca de pez. Me sentí como el desdichado Pinocho por un momento. No tardamos mucho en llegar a la casa que nos tocó; una especie de cabaña ubicada en una zona elevada,algo retirada de la ciudad. Los bosques circundantes no me daban muy buena espina. Apenas bajé del auto,un relámpago brilló, revelando esas formas altas, siluetas esqueléticas, que parecían extender sus brazos hacia mí. No pude dormir casi nada. Tuve un sueño extraño. No recuerdo;quizás fue una pesadilla. Me levanté a escribir esto último antes de olvidármelo. Espero que mañana la cosa mejore a la luz del día. 
Buenas noches,diario.
Día 2:  
Me levanté bastante tarde, no me dí cuenta hasta que revisé mi celular. Papá ya se había ido a la oficina central para ponerse al tanto de todos los detalles antes de comenzar a trabajar. Por fortuna la casa está completamente amoblada. La heladera estaba repleta y la alacena también. Desde que el matrimonio de mis padres comenzó a tambalear,pasé muchas horas solo en la casa, así es que descubrí que me gustaba mucho la cocina como pasatiempo. "Vamos a ver que hay para el menú de hoy". Preparé café con tostadas y dejé listas la carne y las verduras para el almuerzo, me salió un salteado de lo mas delicioso. No tenía mucho para hacer y decidí recorrer la casa. Por dentro no había mucho que ver. Tiene tres habitaciones en planta baja y una especie de estudio subiendo las escaleras; una sala de estar con un gran sofá y una cocina estrecha que da al fondo, con una pequeña ventana a través de la cual se ve el bosque. Me recordó a esas películas de terror donde el brazo del asesino se cuela por la ventana de la cocina y sujeta a la víctima de turno. El patio es la mejor parte; basta con decir que es casi todo patio. Me costó distinguir donde termina el terreno y donde comienza el bosque. Lo primero que llamó mi atención fue el viejo galpón que está a unos veinte metros  de la casa, junto a un árbol seco, casi petrificado.  Me colé por una ventana, pues la entrada está asegurada con candado y cadenas, y asumí que las llaves las tenía papá seguramente. Dentro se podía oler el fétido aire, como de aceites y animal en descomposición. Por supuesto que iba a apestar de ese modo; no tardé en ver los grandes frascos apilados y en hilera sobre unas rústicas repisas. No se distinguían demasiado bien,pero adivinar era una cosa de niños: partes de algún animal o de varios; ojos, pezuñas, garras,orejas y órganos que no identifiqué. Pero eso no superaba a la magnífica colección de herramientas afiladas,punzantes y cortantes que colgaban de la pared del fondo. Asociando esos elementos: partes de animales muertos y armas blancas, cualquiera habría podido suponer que nos había tocado habitar la casa de algún psicópata amante del gore. Obviamente el mundo es mas aburrido que las películas pochocleras. Seguramente el antiguo ocupante de la casa mitigaba la monotonía de su rutina cazando animales silvestres; podría haberse tratado incluso de alguien que tuviera por hooby la taxidermia.  No habiendo encontrado nada mas que retuviera mi atención ,escalé sobre la mesa de madera para alcanzar la ventana. Fue entonces cuando una sombra indefinible apareció de la nada, cayendo justo detrás de mí, con un aullido de ultratumba que me golpeó el corazón. Espantado como nunca antes, mi cuerpo se movió solo,saltando por el hueco sin medir las consecuencias. Caí sobre la enorme rueda de tractor que había usado para entrar, con tal fuerza que se me vaciaron los pulmones. Los segundos que perdí la respiración me parecieron eternos; escuché entonces,muy claramente el sonido de algo que  trepaba la mesa,pesadamente. Y yo no podía moverme. ¡Tan solo contemplar el rectángulo de la ventana esperando que aquella sombra se asomara y me mirara directo a los ojos!
Quise recuperarme, pero el golpe había sido demasiado duro; sentía la ausencia de aire aún.  Estaba regalado,a merced de la criatura a punto de salir del galpón. Aunque miré en todas direcciones, no encontré salida.¡Era obvio que no iba a encontrar a nadie que me socorriera en ese alejado lugar de pinos y robles! ¡Qué idiota! De golpe agucé el oído. Había algo que podía percibir claramente .¡Se oía! La respiración como un fuelle viejo, silbando tras la pared de madera, acercándose. En un inútil intento de conservación arrojé una rama quebrada que estaba junto a mí, por el hueco oscuro y escuché un leve quejido. Por fin una pálida mano,engarfiada al marco,luego una cabellera oscura colgando,y un torso, emergiendo espasmódicamente. Ahogué un grito, o en todo caso me fue imposible gritar, todavía no recuperaba el aire. La forma se deslizó casi como por simple inercia,como un cuerpo muerto al que se deja caer; tras sus cabellos revueltos, suspendidos en desorden sobre un rostro fantasmal, me miraron; esos profundos e irreales ojos azules.
Me quedé sin aliento cuando aquella criatura se incorporó lentamente frente a mí. ¡Diablos!¡Como esos espectros de los films de terror japoneses! Solo cuando me dió un leve puntapié en un hombro y se quejó con voz meliflua, me devolvió el alma al cuerpo . 
"Idiota. Me diste justo en la cara con esa rama. Me dolió"
Esa "sombra" espectral que apareció de la nada,en realidad se llama Isabella y sí, es una chica. No salió de la nada, estaba en el altillo del viejo galpón/depósito y se asustó cuando vio que alguien mas estaba dentro, por eso trastabilló y cayó a mis espaldas. Suele meterse por la ventana para guardar su colección de piezas de animales muertos en accidentes de carretera o atacados por depredadores. El galpón está cerrado desde hace años y mi papá tampoco tiene la llave,como había supuesto en un principio. Esta extraña chica vive en las inmediaciones. No es un lugar tan aislado como pensaba, tan solo es que las espesas arboledas ocultan las demás propiedades. Todo esto me lo contó después, mientras tomábamos un chocolate caliente en el porche de la casa. Aunque me impresionó de manera negativa la primera vez, luego fui cambiando de opinión. Es una chica ciertamente linda,pero algo inusual. Vestía casi como un muchacho,con esa camisa de franela a cuadros y los jeans desgastados. Su tez es tan blanca que se pueden ver la venas azuladas tras la piel. Tiene una bonita voz,suave y tranquila. Charlamos un rato sobre los viejos habitantes de la casa. Se habían marchado hace rato,me dijo,al parecer porque no toleraban el clima. Le conté sobre el colegio al que iba a asistir y eso parece que la sobresaltó un poco. No sabría decir por qué. 
"¿El colegio San Bartolomeo?" -me preguntó con sus azules ojos muy abiertos.
Le resumí la historia del divorcio de mis padres y el asunto de la matriculación en ese colegio por medio de un amigo de papá. 
"Supongo que no todos conocen la historia,entonces" 
Lo dijo en un tono siniestro, como si hablara consigo misma.
"¿De qué historia hablas?" le pregunté
Se quedó mirándome un buen rato y secándose el chocolate de los labios con la manga de su camisa,me respondió:
"La historia acerca de la Noche de las cortinas rojas"
Esas palabras me produjeron un repentino picor en todo el cuerpo. Esa reacción que tenía de chico cuando no podía dormir,creyendo que algo me miraba desde el fondo del ropero.
Quise sacarle mas información, pero recordó que tenía algo que hacer y se le había pasado la hora. Me agradeció el chocolate y se fue corriendo hacia el fondo, desapareciendo tras los árboles.
Primer día y ya tuve un encuentro muy curioso. Espero poder dormir bien esta noche,sin tener pesadillas sobre esa "noche de las cortinas rojas" o lo que sea.
No pasó nada mas interesante,aparte de eso. Papá llegó bastante tarde. Lo escuché desde mi cuarto. Creo que hablaba con alguien o fue solo mi imaginación.
Tengo mucho sueño. Fue un día raro. Mejor duermo; solo tengo un día mas de descanso antes de empezar el colegio.


Buenas noches,diario.
Día 3: 
Dormí como un tronco, como si recién hiciera efecto el cansancio del  viaje. No tenía ánimos para levantarme; odio los domingos. Yo lo llamo "el día muerto". Me parece el día mas funesto de la semana, insufrible. Una transición entre este mundo y la tierra de los muertos; un río Estigia que solo me recuerda a borrachos tropezando en la calle, música espantosa a todo volumen y angustiosa espera. Tuve que reunir todas mis fuerzas para abandonar la comodidad de la cama caliente. Cuando me levanté escuché voces en la sala; era papá con una persona desconocida. No me gusta entrometerme en sus asuntos, ni lidiar con los adultos, por lo que evité hacer contacto visual,escabulléndome hasta la cocina sigilosamente. Hice un café bien cargado y me dirigí de nuevo hacia el cuarto, pero tuve mala suerte y papá me vio deambulando por el pasillo. Me llamó para hacer las presentaciones pertinentes. ¡Qué horrible día! 
El sujeto que estaba charlando con mi padre es un viejo amigo de su juventud,según pude deducir de sus comentarios, se llama Horacio y vive en Lago Escondido desde hace mas de diez años. Fue quién ayudo a tramitar mi traspaso de colegio. Es bastante amable,de buenas maneras, quizás demasiado amable para mi gusto. Parece del tipo de persona que no dice todo lo que quiere decir, que se esfuerza todo el tiempo para resultar agradable. Me inspira esa misma desconfianza que los pastores de la televisión. Pero tal vez son ideas mías y nada más.
En un momento quedamos solos cuando papá subió a buscar una caja de papeles para mostrárselas a su amigo. Aproveché el breve intervalo para despejar una duda que traigo desde ayer.
"¿Puedo preguntar algo?"
"Claro.Decime"
"¿Qué es eso de La noche de las cortinas rojas?"
Me pareció ver un brillo dubitativo en su mirada; incluso se demoró en darme una respuesta como si su mente hubiera quedado tildada por un instante. Pero se repuso en seguida y comenzó a reír.
"¿Dónde escuchaste sobre eso"?
No se por qué,pero me pareció necesario proteger la identidad de mi informante.
"De por ahí, un blog de internet."- mentí
Me dijo que era solo una leyenda urbana para atraer turistas o algo así. La ciudad no tiene demasiados atractivos ni una historia muy rica que contar,por eso los habitantes se ocupan a veces de inventarse historias para darle algo de color a su aburrida vida, sobre todo los jóvenes, que tienen el don de aburrirse con demasiada facilidad. Me pareció una respuesta con pocos argumentos, pero debe ser verdad. Isabella tiene todo el aspecto de una joven que se aburre en una ciudad sin gracia. No sería raro que se haya inventado eso de las "cortinas rojas" o lo haya repetido de haberlo oído por ahí. 
Por la tarde salieron rumbo al centro en la Ranger de Horacio y yo me quedé solo. Aproveché para ordenar mis cosas; encontré mi pequeño telescopio entre la pila de cajas y lo acomodé en la ventana. El cielo en Lago Escondido se ve tan diferente al de la ciudad donde vivía; tiene un azul tan profundo y las estrellas se ven con tal nitidez, es como comparar una vieja tele con un plasma HD.
Mientras descansaba la vista,después de estar mirando algunas constelaciones un rato largo, noté algo moviéndose entre los árboles. Ya estaba oscureciendo,pero me pareció distinguir la negra cabellera de Isabella. No la vi hoy, pero tal vez volvió a meterse en el viejo galpón a dejar algunos de sus frascos de científico loco. La verdad es que tengo ganas de verla, no sé si es por ella,o en verdad tengo una curiosidad terrible por saber sobre esa historia -aparentemente una leyenda urbana-.
Aunque se trate de algo falso, siempre me intrigaron esas cosas. Mis interminables horas mirando X-Files o el canal ID,me han dejado un poco trastornado seguramente (^^). De todas maneras, sea ficción,fantasía o realidad, debe ser lo mas interesante que este lugar puede ofrecerme. 
A eso de las 8 de la noche me dispuse a preparar algo para la cena y fue cuando escuché un golpe seco sobre el techo. "Frutos de pino" pensé. Pero a los pocos segundos el sonido se repitió, y después una vez mas y otra y otra, a intervalos regulares. Eso ya no podía ser algo de la naturaleza. No soy un idiota, no iba a salir afuera en medio de la oscuridad preguntando "¿Quién anda ahí? Eso solo lo hacen para que funcione un flojo guión de película. Me quedé en silencio en la cocina, pero sosteniendo un enorme cuchillo  que tomé del cajón; no soy estúpido. El ruido cesó después de unos minutos.  Pensé que se había calmado todo por fin; guardé el cuchillo y seguí con lo que estaba haciendo. Me puse a lavar la tabla de picar en la batea y de golpe... ¡Por todos los demonios!¡Santo cielo! ¡Casi muero por segunda vez de un infarto en dos días que llevo en este lugar! ¡Y justo en la ventana!¡La diminuta ventana por donde se cuela el brazo del asesino en las películas de terror! ¡Ahí mismo el súbito golpe que me tumbó de culo al piso! ¡Sí, soy un idiota después de todo!¡Pero por Dios santo!¡Qué susto! ¡Era un pájaro!¡Un maldito pájaro se estrelló en la ventana!
El cristal quedó manchado de sangre, algunas plumas pegadas en el espeso líquido  rojo. ¿Qué tan desorientado puede estar un animal como para estrellarse de esa manera y a esa velocidad? Solo un animal muy estúpido...o acaso un animal muy asustado, como si huyera de algo. 
Creo que estoy dándome demasiado rollo con esto. Estoy empezando a volverme paranoico por nada, y todo porque Isabella  mencionó algo sobre una tonta leyenda urbana. Decidí no esperar a papá y cenar solo,como casi siempre. Me puse a ver algo de televisión. Qué curiosa coincidencia...dejé puesto un canal  cualquiera y, mientras  me disponía a roer el muslo de pollo frito,  empezó un viejo film que conocía de memoria: "The Birds" de Alfred Hitchcock. 
¿Una señal?
Este domingo fue un "día muerto", sin dudas.
No sé si decir buenas noches. Ya tengo miedo de que se repita otra pesadilla. Mañana por suerte cambia mi rutina. Por fin conoceré San Bartolomeo.
Buenas noches,diario.





lunes, 23 de mayo de 2016

Andén






"Su rutina era melancólica,vacía y mecánica. Atrás quedaron los amigos,la familia y el terruño. Salía el sol,se levantaba y ahí estaba; la enorme bestia de cemento y cristal sorbiéndolo como el embudo de un monstruoso tifón. Cada mañana,sobre el andén ahogaba las manos en los bolsillos vacíos de esperanzas y perdíase hasta que el tren quebraba el murmullo de la turba ansiosa.
Y un día la vio. Como una herida reluciente sobre pálida piel. Al otro lado,en el andén que lo enfrentaba, la Venus muda y taciturna, la desconocida mirada que lo humillaba ensoberbecida de hermosura. Y solo eso necesitó. Se supo suyo. 
Las horas se sucedieron  y desesperaba. Verla era su único anhelo, su ancla a este mundo pérfido y sin gracia. La noche lo devolvió a su lecho y ,apremiado por la locura, corrió a la estación al amanecer. Fija, al otro lado del mar de rieles, ella lo esperaba . Sin nombre que la evocara,sin voz, como Alicia a través del espejo.
Su rutina cobró otro significado. Cada luna era la antesala de un nuevo silencioso encuentro. Mas,un día no supo tolerar tal fuego que su interior quemaba y una intempestiva determinación, como nunca antes experimentara, floreció en su pecho. Corrió escaleras abajo, tropezando con el gentío. Atravesó las calles infestadas y los verdes bulevares en demencial carrera. Mas allá: los peldaños que al Cielo conducían. Contó cada paso hacia el encuentro inevitable y llegó agitado al andén opuesto. A ese lugar que le parecía otro mundo. Y nada vio allí que su corazón serenara. Rostros,cientos,pero no el que buscaba afanosamente. Ya rendidos, sus pies se detuvieron en un claro,solo para encontrar, conmovido por la sorpresa, aquellos ojos verdes al otro lado del andén. No vislumbró en ese instante,la cruel maniobra del destino. Qué clase de broma enferma le jugaba el mundo. Dispuesto a romper la cadena oxidada de su fortuna, ante las miradas incrédulas que lo rodeaban, de un salto descendió a la vías y corrió hacia ella. En un único ultimo instante revelador,comprendió. Allí le sonreía,encantadora como siempre, desde las frías baldosas de la estación, la esquiva muerte vestida de Afrodita. Y supo entonces que la muerte también ama, y que su manera de amar es huir. El chirriar de metales bajo la pesada máquina sonó tan dulce. Y sonrió feliz, hasta que su cuerpo se deshizo en mil mariposas carmesí. "


domingo, 22 de mayo de 2016

Abandono


"No puedo asegurar en qué momento ocurrió; tal vez fue aquella tarde cuando la bella Rosana rechazó con maneras delicadas mi ingenua carta,tan llena de arabescos como de inocentes palabras de amor, la cual me había costado muchas noches de cobardes intentos poder completar. O quizás haya sido una tarde de invierno mientras esperaba el tren -aterrador recuerdo-; tarde fría de oscuras sombras tapizando el solitario andén en el que me encontraba , sentado en un banco húmedo, pasando nerviosamente las páginas de un tomo de Rafael Sabatini sin nadie que compartiera mi agónica espera; ni un alma a mi alrededor,tan solo la compañía de los murciélagos saliendo de sus cuevas,sobrevolando mi testa y perdiéndose, finalmente en el follaje de los árboles que iban cobrando un aspecto fantasmal. Los datos se pierden en un río de nubladas imágenes, pero aun así es cierto que aquel tren nunca arribó; la noche no tardó en caer como un sudario helado y negro haciendo que las alargadas sombras se convirtieran en un mar de brea espesa, ocultando todo el paisaje,excepto por la isla de luz que me proveía un viejo farol y los relámpagos que parpadeaban a la distancia. Verdad es,también, que un temor indecible se me fue colando por la venas,invadiendo con demoníaca velocidad,cada rincón de mi ser,al punto de hacerme perder la noción del tiempo y el espacio. No miento al decir que tan real fue la sensación de verme transportado fuera de la estación, arrastrado a otra dimensión de guturales sonidos cual lamentos de espantosas criaturas. Cuando la tormenta que se había desatado, cesó por fin, y el alba tiñó el entorno de un rojo pálido -con sus matices rosas,naranjas y amarillos-,me hallaba sobre una esquina tirado entre cartones viejos tiritando patéticamente. Sobreviví a esa noche, pero algo muy dentro de mí se infectó con la bacteria que habría de esparcirse con el transcurso de los años. Podría sospechar entonces, que fue ese día cuando sucedió; o si lo pienso mejor,se encuentra también la vez en que regresaba a casa en una noche de borrachera infernal, y me había detenido a evacuar los fluidos abrasadores de mi interior,sacudido por violentos espasmos. Allí mismo , apoyado apenas sobre un muro derruido. recuperé como por milagro, la lucidez que se había embotado por litros de alcohol barato.Fue entonces cuando descubrí que me hallaba en tierra de nadie, en medio de un caserío miserable donde un coro de aullidos y ladridos me estremeció de pies a cabeza inexplicablemente. Como un náufrago abandonado en las orillas del Estigia,sin armas y sin alimento,me vi atrapado en un torbellino de temor y angustia,casi al borde del llanto. Espantosas memorias acuden ahora a mi cerebro fustigado por el desvelo,y sigo preguntándome cuando fue la primera vez que sentí este vacío. No se trata de soledad,la cual es producto de mis premeditadas acciones e infinitas situaciones fortuitas. Es algo aún mas desdichado, semejante al exilio forzado,la expulsión del Paraíso, la caída de Samael. Este sentimiento agobiante de nunca pertenecer, de intentar entender mi lugar pero ser repelido como los polos positivos de un imán queriendo tocarse. Tan solo la gravedad me sujeta,de otro modo mi cuerpo helado y rígido navegaría por el espacio a la deriva,lejos del calor del mundo y de otras almas. No se cuando sucedió, me lo he planteado cada hora de cada día para descubrir un antídoto,pero no he logrado mas que desenterrar mis peores pesadillas inhumadas bajo el polvo del olvido sanador. Y de nuevo he recordado el dolor de existir e ignorar;pues no hay guerra mas sangrienta que la que se desata en nuestro interior,donde no hay vencedor,solo devastación, desesperación y muerte. No consigo descubrir cuando se devoró mi corazón este monstruo voraz, sin embargo he tomado la determinación de detener la búsqueda. Por fin he hallado el limite donde las sombras ya no pueden alcanzarme,y los vientos ya no habrán de empujarme lejos de los otros. Si aquel Dios que siempre me ha tenido en el mas nefasto de los olvidos,aun existe, podré al fin estrechar unas manos cálidas a la salida de este túnel . Podré mirarme en otros ojos sin sentir culpa,sin rehuir las miradas reprobatorias; podré purificar este cuerpo poseído por la ruindad.
Miro hacia abajo en este momento y huelo claramente el aire salobre y escucho las olas romper con furia espartana; un simple paso es la diferencia entre la condena y la salvación; floto como una pluma en el vacío,cayendo hacia el reposo último. Me precipito como en un sueño lúcido y entonces recuerdo cuando fue,pero ya no importa. Mi sangre es ahora océano y mi carne, coral. 

Por fin he sido aceptado. "